Autor: Carlos Pereda (Editor)
Siglo XXI Editores |2017 |Edición: 1ª | 588 páginas
|17 x 24 cm |empastado |ISBN: 978-607-03-0812-3
En las más diversas situaciones –desde las más
íntimas a las más públicas- no conviene desatender la advertencia: Ten cuidado
con las palabras. Después de todo, haciendo uso de las palabras recorremos la
vida, bien o mal, y más si se trata de palabras cuyos usos prácticos, morales,
legales o políticos las han vuelto tan dramáticas como “justicia”. Porque no
cabe la menor duda: “justicia” no sólo es una palabra de uso común, sino una
palabra dramática.
En efecto, no es raro que apenas se la introduce en
una conversación, o incluso en la disquisición científica más teórica, tarde o
temprano nos pongamos a discutir y, más temprano que tarde los ánimos se
acaloren. Con palabras como “justicia” o, más bien, con los conceptos que
construimos con sus usos y con otros con que se vincula, no sólo hacemos
referencia a sociedades y personas, también las defendemos o atacamos, a menudo
con pasión.
Así, a partir de conceptos como éstos articulamos
el mundo social y sus formaciones (por ejemplo, predicamos de sociedades y
personas que son justas o injustas o, al menos, en algunos aspectos justas y,
en otros, injustas). Esas evaluaciones –correctas o incorrectas– tienen
consecuencias en nuestros modos de creer, desear, sentir, actuar: al usar estos
conceptos no sólo juzgamos, sino que también nos damos fuerza o asustamos, nos
alegramos o angustiamos, nos aturdimos o consolamos.
De ahí la importancia de atender las ramificaciones
a menudo intrincadas del concepto subdeterminado de justicia y de otros
conceptos con los que se interrelaciona y, así, de contribuir a cuidar la
justicia. Por eso, este Diccionario de justicia.
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