Autor: Margaret Alic.
Una turba de cristianos fanáticos descuartizó y quemó en el
siglo IV a Hipatia, sabia mujer alejandrina, porque enseñaba matemáticas,
geometría y ciencia griega en el famoso Museo de su ciudad natal.
Tomando su nombre como divisa, Margaret Alic ha escrito una
fascinante historia de las mujeres que cultivaron las ciencias de manera
eminente y que, no obstante, no encuentran lugar en las historias tradicionales
del conocimiento humano.
“Nuestras primeras antepasadas aprendieron a preparar barro y
hornear cerámica, y descubrieron la química de los esmaltes. Con el tiempo, los
hornos de alfarería de las primeras ceramistas llegaron a convertirse en las
forjas de la Edad de Hierro. Para la época de Cro-Magnon, las mujeres ya
fabricaban joyería y mezclaban cosméticos- origen de la ciencia química”
“Las mujeres siempre han
sido curanderas, cirujanas y parteras. Como recolectoras descubrieron las
propiedades medicinales de las plantas y aprendieron a secar, almacenar y
mezclar las sustancias vegetales. Gracias a la experimentación y a la
observación cuidadosa descubrieron cuáles yerbas eran un tratamiento efectivo
para diferentes enfermedades. Se puede afirmar que hubo pocos adelantos en la
ciencia médica desde la botánica prehistórica que experimentaban con yerbas y
raíces, hasta el descubrimiento de las sulfas y los antibióticos en el siglo
XX”.
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