miércoles, 15 de abril de 2015

LA CULTURA DE LOS PROBLEMAS PÚBLICOS. EL MITO DEL CONDUCTOR ALCOHOLIZADO VERSUS LA SOCIEDAD INOCENTE

Autor: Joseph R. Gusfield  

SIGLO XXI EDITORES / 2014 / 352 pp. / 16 x 23 cm / Rústico con solapas / ISBN: 978-987-629-631-7

Este libro, que encuentra en esta su primera edición en español, enseñó mejor que cualquier otro cómo surgen los problemas públicos, cómo se forman, se estabilizan, desaparecen, cómo resultan reivindicados o negados, aclamados o rechazados: todos temas de una vigencia abrumadora tanto en el campo académico como en el debate social.
 
El libro cuenta además con un trabajo introductorio de Daniel Cefai, profesor de la École des Hautes Études en Sciences Sociales de París, que introduce a los lectores de habla hispana en el fecundo campo de las teorías sobre la conformación de los problemas públicos.

Obra emblemática del destacado sociólogo estadounidense Joseph Gusfield, La cultura de los problemas públicos revela el lugar ambiguo que ocupa en la sociedad norteamericana el hecho de beber alcohol y conducir (una práctica condenada en el ámbito público y sostenida en el privado), pero ante todo logra esclarecer el modo en que ciertos problemas sociales llegan a imponerse como problemas públicos de primer orden, acceder a la visibilidad de los medios y comprometer la acción de los gobiernos.

Con una agudeza sin concesiones, Gusfield se concentra en la forma en que en los Estados Unidos el problema de los accidentes se centró casi exclusivamente en el problema de los conductores alcoholizados, y muestra así que más importante que un problema en sí mismo es el modo en que se lo construye como tal, recurriendo al fundamento de autoridad de la ciencia y la ley.

Así, estudia el peso del discurso de científicos, periodistas, jueces y policías que atribuyen al consumo de alcohol la exclusiva responsabilidad por los accidentes viales y que depositan toda la carga de la culpa en el egoísmo del conductor individual, soslayando variables que también inciden en la seguridad vial, como los déficits de infraestructura, la edad, la somnolencia, el estado emocional, la disponibilidad de bares al costado de las rutas, el diseño de automóviles hiperveloces o la situación del transporte público. Demuestra así que el modo en que se instala un problema nunca es neutro, técnico y objetivo, como la palabra de los expertos quiere hacernos creer, sino un complejo dispositivo que difunde ciertos valores sociales y distribuye los lugares de los héroes y los villanos, dejando en la sombra otras alternativas de análisis y de solución.

Combinando con maestría los métodos del historiador, el antropólogo y el sociólogo, Gusfield pone en evidencia que el orden moral y cognitivo que damos por sentado es una formidable construcción en la que participan muchos actores y muchos intereses, portadores de posiciones éticas y políticas.

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